DECLARACIÓN ARTÍSTICA
El arte, para mí, es una práctica espiritual. A través de la exploración e investigación de los efectos ópticos/cinéticos originados por las múltiples combinaciones de colores y distribución de patrones geométricos —que alternan orden y aleatoriedad en distintas superficies, mediante el uso de diversos materiales convencionales o no— se crea una impresión inmediata que sobrepasa el lenguaje.
Como resultado de estas búsquedas, no habrá una obra única sino un experimento dentro de una secuencia lógica que se retroalimenta de manera constante. Existe una conexión directa entre cada una de las obras y es por eso que no existe una sin la otra. El momento próximo a la culminación de una obra no hace más que acercarme a la iniciación de otra.
La contemplación evocará sentimientos que a su vez serán el motor que ponga en marcha la experiencia, estableciendo una relación en un espacio que permita a cada persona imprimir su propio significado, y que la convertirá en una parte integral de la obra de arte.
Al realizar los trabajos de forma manual, inevitablemente se cometerán errores, habrá una asimetría simétrica, se generará una cierta aspereza que no hace más que contribuir a la humanidad y verdad de mi arte. El concepto de wabi-sabi japonés se basa en la autenticidad y singularidad de todas las cosas. Ésta idea contempla que todo perece, nada es permanente; se habla de la "belleza de la imperfección".
Al crear la estructura del trabajo, confío en la espontaneidad e impulsos instintivos, sigo una "necesidad interna" o "KUNSTWOLLEN", según lo describe W. Kandinsky.
Siempre habrá una cuota de libertad en cada uno de mis trabajos o "coeficiente del arte", como lo llama Marcel Duchamp.
Habrá acciones fortuitas que solo suceden si lo que se encuentra se alinea con lo que busca el inconsciente. De lo contrario, dejaríamos pasar esta acción fortuita sin descubrirla.
En otras palabras: lo que se encuentra por la acción fortuita estuvo siendo preparada hace ya tiempo. De esto se trata cuando se produce arte. Hay algo que me atrae a hacerlo. Cuando se pinta se descubre lo que uno ya conoce: estaba en mí, pero no lo sabía. Y no sabía que estaba en mí hasta que lo veo plasmado en la hoja, el lienzo, etc.
Citando a Walt Whitman en su libro Hojas de hierba:
"Los objetos del universo confluyen perpetuamente
hacia mí.
Para mí han sido escritos y debo descifrar su sentido."
© 2019 by Alejandro Stein
© 2020 by Alejandro Stein